En el marco de la revisión de la política de calidad de la UE, la Comisión Europea ha publicado un resumen de las contribuciones realizadas por las partes interesadas en la consulta pública abierta llevada a cabo del 15 de enero al 9 de abril de 2021.
Un total de 302 respuestas procedentes de 31 países, de los cuales 20 Estados miembros de la UE y 11 países no pertenecientes a la UE, contribuyeron al debate sobre los retos a los que se enfrenta el sistema en la actualidad, así como sobre los objetivos, el enfoque político y el impacto de la revisión.
Entre los retos que debe abordar la revisión de los regímenes de calidad de la UE, los encuestados destacaron la importancia de prevenir el fraude y la falsificación, especialmente en Internet, junto con la necesidad de aumentar el conocimiento de los consumidores sobre los logotipos de las IG. También calificaron como «lo más importante» dar a las agrupaciones de productores de IG mayores poderes y responsabilidades, así como aumentar la sostenibilidad de los productos con IG.
Los retos identificados se reflejaron en los objetivos que hay que perseguir para reforzar el sistema de las IG de la UE: mejorar la protección y la aplicación de las IG en los Estados miembros; establecer procedimientos eficientes a través de normas claras y coherentes para los productores; permitir a los consumidores elegir con conocimiento de causa mediante una información clara, es decir, información sobre el logotipo y el etiquetado.
También se pidió a los participantes en la consulta pública que expresaran su preferencia sobre varias opciones políticas para cumplir esos objetivos.
Sostenibilidad de las indicaciones geográficas de la UE
En lo que respecta a la sostenibilidad, más de la mitad de las respuestas recibidas son favorables a la concesión de ayudas financieras específicas a los productores de IG que cumplan un alto nivel de producción sostenible. Además, el 77% de los encuestados está de acuerdo en que no se debe exigir a los productores de IG que sigan unas normas de sostenibilidad más estrictas que las de cualquier otro productor, ya que las IG incluyen intrínsecamente las características naturales, las habilidades humanas y la tradición de la región.
En cuanto a la posibilidad de aumentar la ambición de esta política con respecto a las prácticas sostenibles económicas, sociales y medioambientales, las respuestas apuntan a un impacto positivo o muy positivo, especialmente en la preservación de la biodiversidad, los hábitats, los paisajes, las variedades vegetales y las razas locales (86%), los modelos de producción respetuosos con el medio ambiente (82%) y el fortalecimiento de la cohesión económica, social y territorial de las zonas rurales (77%). También se considera que la sostenibilidad tiene un efecto positivo en el aumento de la concienciación de los consumidores sobre los sistemas (74%).
Por otro lado, la mayor parte de los interesados subraya el impacto negativo que las medidas adicionales de sostenibilidad pueden tener en los costes para los productores de IG (48%) y en la carga para la administración pública (29%).
Revisión del sistema de ETG
Debido a las dificultades del sistema de Especialidades Tradicionales Garantizadas (ETG) para despegar y obtener el reconocimiento de productores y consumidores, se dedicó una sección del cuestionario en línea a hacer un balance de las posibles opciones de revisión del régimen de ETG. La mayoría de los encuestados (59%) se opusieron a la idea de que no es necesario un régimen de ETG a nivel de la UE, y estuvieron de acuerdo en que los nombres de los productos agrícolas tradicionales deben estar estrictamente protegidos.